Ahora a toro pasado y con más tranquilidad se pueden analizar algunos hechos pasados sin el calentón del momento. Espero que se de algún día la circunstancia de que la gente tome conciencia y sean pocos los que voten al PP o al PSOE y que se demuestre que la gente esté harta de la clase política, no se olvidandose de lo que han hecho a este país. Se necesita un cambio del sistema de representación de los ciudadanos ya que el modelo actual ha fracasado y no representa los deseos de los ciudadanos.
Dicen que una persona no es representativa de un grupo pero no debemos de olvidar que alguna de la gente del PP y afines se cree superior al resto de los mortales y en sus declaraciones propagandísticas nos hacen creer que son nuestros semajantes y nos entienden, cuando en el fondo nos desprecian e intentan imponernos su manera de pensar, controlándonos no sólo en lo económico sino también en materia de religión, aborto, eutanasia u otras cuestiones referentes a la libertad de elección de cada individuo.
Andrea Fabra, último y polémico episodio o como la euforia hace que pierdas los papeles y afloren tus verdaderos sentimientos quitándote la careta. Luego dijo lo que quiso o lo que le dijeran desde arriba, pero ahí queda.
Cospedal, Ana Botella, Mariano Rajoy, Jose María Aznar, Esperanza Aguirre, Federico Jimenez los Santos, Rouco Varela, claros exponentes de su intento de imponer sus ideas creyendose garantes de la moral, la justicia, la verdad y la sabiduría.
Y luego nos hablan de que todos tenemos que apretarnos el cinturón:
Rajoy y las botellas de vino del Falcon 900.
Interviú desvela el coste del desplazamiento del presidente a Gdansk a costa del erario. Mil euros costó la cena de Mariano Rajoy a bordo del Falcon 900 que le llevó a él y a cinco colaboradores a Gdansk (Polonia), el pasado 10 de junio, para presenciar el primer partido de la selección española de fútbol en la Eurocopa. Un viaje muy criticado, pues el día antes el ministro de Economía, Luis de Guindos, anunció el rescate de los bancos mientras Rajoy permanecía desaparecido. La cena se produjo en el viaje de regreso, que contó con tres pasajeros más. Se sirvió solomillo de ternera y rodaballo. Siete botellas de vino --cinco de Rioja y dos de Rueda-- y diez cervezas fueron consumidas en aquel viaje, según consta en el estadillo correspondiente del Grupo 45 del Ejército del Aire
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